sábado, 19 de noviembre de 2016

        Problemática social de la corrupción en los servicios públicos Santa Marta




Los samarios están agotados y desesperados con la calidad de los servicios públicos, los mismos que desde los años noventa la ciudad entregó a empresas nacionales e internacionales. Por cuenta de eso, los particulares manejan acueducto y alcantarillado, alumbrado público, recolección y disposición final de las basuras, mantenimiento de la malla vial y amoblamiento urbano. Son tan deficientes, que muchos están pidiendo que el Distrito reasuma el control para decidir qué hacer.

En 15 años, R&T no cumplió lo que prometió y dejó un hueco en las finanzas públicas, pues a duras penas recaudaba al año el 32 por ciento de lo facturado (85.000 millones). Cuando la Alcaldía entregó esta concesión en 2002, la cartera era de 100.000 millones, y al terminar el contrato el año pasado ascendía a 390.000 millones de pesos. Un año después de recuperar este monopolio, el recaudo llegó a 112.000 millones de pesos y la ciudad ya decretó 800 embargos contra deudores de impuesto predial por valor de 130.000 millones de pesos.

Durante 27 años Metroaguas ha pasado dificultades para prestar el servicio. Inicialmente la manejaron las familias políticas tradicionales, pero no pudieron y en 1997 entró un socio operador, Inassa. Desde 1990 hasta 2007, el contrato ha sido modificado siete veces, generalmente en detrimento del Distrito. Este inicialmente recibiría el 33 por ciento de los ingresos brutos por el arriendo de las redes, hasta que el alcalde Jaime Solano Jimeno, que había sido gerente de Metroaguas, regaló en 2000 el 31 por ciento y después decidió que la rentabilidad de los activos se invertiría en infraestructura. Es decir, según un experto, las mismas familias políticas que hoy se oponen a la terminación del contrato menguaron los intereses del Distrito. Tanto, que otro alcalde suprimió la cláusula que permitía terminar contrato unilateralmente y creó otra que compromete a Santa Marta a pagarle al concesionario las inversiones a pesar de estar incluidas en la tarifa.

Los samarios tienen claro que llegó la hora de revisar las concesiones y tomar decisiones de fondo, pues en estos 30 años -además de no haber recibido beneficios- la ciudad se retrasó en su desarrollo y tiene comprometida su competitividad. Esto porque los inversionistas potenciales revisan en primer lugar la calidad y los costos de los servicios públicos, y los de Santa Marta, además de deficientes, es caro.

Vemos claramente en este tema como a través de la corrupción con los servicios a públicos todo el pueblo samario ha sido afectado en cuanto al servicio que nos brindan como el alto costo que se debe pagar en las facturas; debido la falta de ética de muchos funcionarios de estas grandes empresas  no ha permitido que nuestra ciudad se desarrolle de la manera correcta.

http://www.semana.com/nacion/articulo/santa-marta-el-fracaso-de-las-concesiones-de-servicios-publicos/474465


por: Ingrid Mieles

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