Problemática
social de la corrupción en los servicios públicos Santa Marta
Los
samarios están agotados y desesperados con la calidad de los servicios
públicos, los mismos que desde los años noventa la ciudad entregó a empresas
nacionales e internacionales. Por cuenta de eso, los particulares manejan
acueducto y alcantarillado, alumbrado público, recolección y disposición final
de las basuras, mantenimiento de la malla vial y amoblamiento urbano. Son tan
deficientes, que muchos están pidiendo que el Distrito reasuma el control para
decidir qué hacer.
En
15 años, R&T no cumplió lo que prometió y dejó un hueco en las finanzas
públicas, pues a duras penas recaudaba al año el 32 por ciento de lo facturado
(85.000 millones). Cuando la Alcaldía entregó esta concesión en 2002, la
cartera era de 100.000 millones, y al terminar el contrato el año pasado
ascendía a 390.000 millones de pesos. Un año después de recuperar este
monopolio, el recaudo llegó a 112.000 millones de pesos y la ciudad ya decretó
800 embargos contra deudores de impuesto predial por valor de 130.000 millones
de pesos.
Durante
27 años Metroaguas ha pasado dificultades para prestar el servicio.
Inicialmente la manejaron las familias políticas tradicionales, pero no
pudieron y en 1997 entró un socio operador, Inassa. Desde 1990 hasta 2007, el
contrato ha sido modificado siete veces, generalmente en detrimento del
Distrito. Este inicialmente recibiría el 33 por ciento de los ingresos brutos
por el arriendo de las redes, hasta que el alcalde Jaime Solano Jimeno, que
había sido gerente de Metroaguas, regaló en 2000 el 31 por ciento y después
decidió que la rentabilidad de los activos se invertiría en infraestructura. Es
decir, según un experto, las mismas familias políticas que hoy se oponen a la
terminación del contrato menguaron los intereses del Distrito. Tanto, que otro
alcalde suprimió la cláusula que permitía terminar contrato unilateralmente y
creó otra que compromete a Santa Marta a pagarle al concesionario las
inversiones a pesar de estar incluidas en la tarifa.
Los
samarios tienen claro que llegó la hora de revisar las concesiones y tomar
decisiones de fondo, pues en estos 30 años -además de no haber recibido
beneficios- la ciudad se retrasó en su desarrollo y tiene comprometida su
competitividad. Esto porque los inversionistas potenciales revisan en primer
lugar la calidad y los costos de los servicios públicos, y los de Santa Marta,
además de deficientes, es caro.
Vemos
claramente en este tema como a través de la corrupción con los servicios a
públicos todo el pueblo samario ha sido afectado en cuanto al servicio que nos
brindan como el alto costo que se debe pagar en las facturas; debido la falta
de ética de muchos funcionarios de estas grandes empresas no ha permitido que nuestra ciudad se
desarrolle de la manera correcta.
http://www.semana.com/nacion/articulo/santa-marta-el-fracaso-de-las-concesiones-de-servicios-publicos/474465
por: Ingrid Mieles